¡Ni OMS ni científicos chinos ni ná! Aquí los únicos que nos avisaron de verdad y con muchísimos siglos... que digo siglos... milenios, eras, evos... (realmente evos no creo, pero ahí ahí), fueron esos pequeños y no tan pequeños mamíferos placentarios pertenecientes al orden denominado rodentia. Sí, como ya habrán podido percatarse, nos estamos refiriendo a los roedores.
Y ¿de qué nos avisaron?, se estarán preguntando seguramente. Pues bien, desde tiempos remotos, estos seres, injustamente calificados como asquerosos, infecciosos, repulsivos, inmundos, sucios, mugrientos, nauseabundos, vomitivos, etc, etc, etc, han venido avisándonos de lo que venía. Nos referimos al Orthocoronavirinae. Más concretamente a una de sus cepas: el SARS-COV-2; vulgarmente denominado por los científicos como COVID-19, uséase, "el bicho".
Ya eran numerosos los testimonios de personas que los han visto u observado, así como multitud de documentos escritos y gráficos que acreditan la existencia de numerosos roedores actuando de un modo que se podría considerar instructivo. Para que el populacho lo entienda, nos referimos a ratones, ratas, ardillas, tamias, puercoespines, castores, hámsteres, jerbos, conejillos de indias, pacaranas e incluso gamusinos, que se han visto cometiendo actos de tipo saludable, especialmente, aseándose de todas las maneras posibles.
En las siguientes imagenes rescatadas de archivo, podemos ver una comparativa de dos pacaranas dándose unas friegas en diferentes entornos.
A continuación, les dejó más documentos gráficos de más roedores tratando de enseñarnos qué debíamos hacer para evitar infectarnos con el virus.
En la siguiente foto se puede observar al doctor Liam Cavanagh y un diseño realizado por el mismo de cómo pudo ser el artefacto espacial en el cual llegaron los primeros roedores a nuestro planeta.